Soneto del amor desesperado

 
Mátame, espléndido y sombrío amor, 
si ves perderse en mi alma la esperanza; 
si el grito de dolor en mí se cansa 
como muere en mis manos esta flor. 

En el abismo de mi corazón 
hallaste espacio digno de tu anhelo, 
en vano me alejaste de tu cielo 
dejando en llamas mi desolación. 

Contempla la miseria, la riqueza 
de quien conoce toda tu alegría. 
Contempla mi narcótica tristeza. 

¡Oh tú, que me entregaste la armonía! 
Desesperando creo en tu promesa. 
Amor, contémplame, en tus brazos, presa.

Silvina Ocampo

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